Viajar a través de avenidas y carreteras es indispensable en la actualidad, sin embargo, también es riesgoso. Los accidentes viales están a la orden del día, por lo que las autoridades y los encargados de las vialidades en concesión instalan diversos elementos diseñados para minimizar los riesgos implicados en el tráfico vehicular. Las tachas reflectivas son uno de los elementos clave para garantizar la seguridad de peatones y conductores, y mantener el orden en la vía pública.
Uno de los puntos clave que deben conocer de la tacha reflectiva es que son conocidos como ojos de gato o marcadores reflectivos. Fueron desarrollados para que los conductores y peatones puedan observarlas sin esfuerzo y para delinear de forma efectiva las rutas durante las noches o en zonas de baja visibilidad. Tienen un diseño vistoso, que permite detectarlos incluso en temporadas de lluvias intensas.
Se usan desde hace décadas porque está comprobada su capacidad de disminuir los riesgos de accidentes. Actualmente, son consideradas como elementos primarios en la señalización de vialidades (junto con rompemuelles y semáforos). Poseen una superficie que refleja la luz de los faros de los vehículos para que sean visibles para los conductores. Se diseñan también con distintos colores y cada uno tiene un significado distinto.
Historia y objetivo de las tachas reflectivas
Por lo general, los conductores no ven dónde inicia y termina un camino durante las noches o los cambios de dirección. Los riesgos aumentan si poseen problemas visuales. Es indispensable proporcionar algún método para orientarlos sobre las vialidades oscuras y zonas donde no haya suficiente luz.
Para solucionar este problema que tantas tragedias ha provocado, fueron diseñados los ojos de gatos. El diseño original se basó en los ojos reales de los gatos, por ello reciben ese nombre. Al incidir cualquier haz de luz en los marcadores reflectivos, se refleja y dirige a la fuente emisora, por ejemplo, los faros de los vehículos, lo que permite que los conductores identifiquen las condiciones de la vía y se alineen pese a la ausencia de luz.
Si bien ayudan a resolver muchos problemas en las carreteras, no están exentos de inconvenientes. No tienen que ver con su diseño, sino con su instalación. Hay muchos reportes de accidentes provocados por errores comunes al instalar tachas reflectivas, por ejemplo, instalarlos en zonas equivocadas.
También hay algunos diseños que parecen novedosos, como las tachas con LED que brillan muchas veces por segundo, sin embargo, se han reportado problemas en conductores con epilepsia fotosensible, que es un tipo de epilepsia cuyas crisis se originan principalmente como consecuencia de estímulos visuales, principalmente luces intermitentes. Son casos raros, pero pueden ocurrir. Lo recomendable es adquirir un diseño sencillo, pero que cumpla efectivamente con su objetivo.
Ahora bien, hablemos un poco sobre la historia de las tachas reflectivas. Fueron patentadas con el nombre eye cat en el año de 1934. Como mencionamos, Percy Shaw fue la mente detrás de esta invención. Usar marcadores en las vialidades inició en Inglaterra y en el año de 1947. Fue el ministro de transportes, Jim Callaghan, el responsable de esta inclusión.
Con respecto a Percy Shaw, nació el 15 de abril de 1880 en Halifax, Inglaterra. Asistió al internado de Boothtown y tras ello, a los trece años, trabajó como obrero en un molino de manta. Estudió contabilidad y taquigrafía en un colegio nocturno e inició una empresa de reparación con su padre. El negocio creció y se transformó en una empresa enfocada en la construcción de caminos. Fue en esta etapa donde inició su etapa creativa. Un ejemplo de sus invenciones fue una pequeña aplanadora, que servía para construir rutas y caminos.
Shaw vivía en una zona donde abundaba la niebla, por lo que los caminos de su localidad eran peligrosos para los conductores. Para resolver este problema, inventó los ojos de gato, que fueron colocados sobre los caminos que no tenían iluminación. Obtuvo la inspiración de la reflectividad de las señales de tránsito.
El invento resultó muy efectivo, por lo que lo registró y patentó como: eye cat. Tras ello fundó la empresa Reflecting Roadstuds Ltd, que se enfocó en la fabricación de marcadores reflectivos. Al principio, no conseguía muchas ventas y era difícil mantener el negocio, sin embargo, alcanzó el éxito cuando el Ministerio de Transportes ordenó muchos ejemplares para las rutas británicas.
El diseño actual que se usa en Perú y el resto del mundo apareció hace algunas décadas. Está basado en el diseño del ingeniero Sidney A. Heenan, que creó mientras colaboró con la Empresa Stimsonite Corporation en Niles, Illinois. Actualmente, hay muchas empresas fabricantes, entre las que destaca Hersan, que es uno de los mayores proveedores de Latinoamérica por la alta calidad de sus marcadores reflectivos.
¿Qué colores hay disponibles y qué significan?
En Latinoamérica se manejan los siguientes colores:
Amarillo
Señalan la ubicación del eje de la vía de doble tránsito. Para obtener mejores efectos, tienen que ser bidireccionales.
Blanco
Se trata de las tachas reflectivas más comunes y señalan las marcas entre carriles o la línea lateral de la calzada. Son fabricadas en dos tipos: unidireccionales o bidireccionales. Las primeras separan los carriles en las vialidades y las segundas se utilizan en sistemas de tránsito invertido para la entrada o salida de una urbe en horarios intensos de tráfico.
Rojo
Señalan que no debe cruzarse una línea (comúnmente en el filo izquierdo de las calzadas), sin embargo, se utilizan también a ambos lados de una marca de chevron, ya sea en la división o unión de rutas. Se trata de marcadores unidireccionales, pero es común hallarlos en el otro lado de los marcadores de color blanco.
Verde
Señalan un borde la calzada que puede cruzarse, junto con las marcas de filo o en un carril de aceleración o desaceleración. Sirven también para demarcar ciclopistas.
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